Cuerpos y mentes saludables en niños de 9 a 12 años
En la edad de los 9 a los 12 años, los niños están en el desarrollo de la niñez intermedia y van tomando responsabilidades y decisiones por sí mismos. También comienzan los cambios físicos que los acercan a la adolescencia y comienza el deseo de ser independientes. Por eso, es necesario cultivar cuerpos y mentes saludables para aportar al buen desarrollo y el equilibrio mental y emocional.
Cómo ayudarlos a tener cuerpos saludables
Ofrézcale a su hijo una variedad de frutas y verduras; limite los alimentos altos en grasas sólidas, azúcar agregada o sal, y prepare alimentos saludables para las comidas en familia.
No coloque televisores en la habitación de su hijo. Limite el tiempo que su hijo pasa frente a la pantalla, como cuando está frente a la computadora o juega videojuegos, a no más de 1 o 2 horas al día.
Anime a su hijo a que haga una hora diaria de actividad física que sea adecuada para su edad, que disfrute y que sea variada. Asegúrese de que su hijo haga por lo menos tres veces a la semana tres tipos de actividad: aeróbica, como correr; de fortalecimiento muscular, como escalar; y de fortalecimiento de los huesos, como saltar la cuerda.
Asegúrese que su hijo duerma la cantidad recomendada cada noche. Niños de 6 a 12 años: de 9 a 12 horas cada 24 horas.
¡OJO! Con los cambios emocionales y sociales
Los niños a esta edad:
Establecen amistades y relaciones más fuertes y complejas con sus amigos. A nivel emocional, es cada vez más importante tener amigos, especialmente los de su mismo sexo.
Sienten más la presión de sus amigos.
Están más conscientes de su cuerpo a medida que se acerca la pubertad. A esta edad comienzan a surgir problemas con la imagen que tienen de su cuerpo y la alimentación.
Cómo ayudarles
Estas son algunas cosas que usted, como padre, puede hacer para ayudar a su hijo en esta etapa:
Dedíquele tiempo a su hijo. Hable con él de sus amigos, sus logros y los retos que deberá enfrentar.
Involúcrese en la escuela de su hijo. Asista a los eventos escolares; reúnase con sus maestros.
Motive a su hijo, tanto en la escuela como en la comunidad, a participar en actividades de grupo como algún deporte, o a que realice trabajo voluntario.
Ayúdelo a desarrollar su propio sentido de lo correcto y lo incorrecto. Hable con él acerca de las cosas peligrosas que sus amigos lo pueden presionar para que haga, como fumar o actividades físicas riesgosas.
- Ayúdelo a desarrollar el sentido de la responsabilidad, asígnele tareas en la casa, como limpiar o cocinar. Hablen sobre el ahorro y enséñele a no malgastar el dinero.
Hable con su hijo sobre el respeto hacia los demás. Anímelo a ayudar a las personas necesitadas. Hable con él sobre qué hacer si alguien se comporta de manera descortés u ofensiva.
Ayude a su hijo a establecer sus propios objetivos. Anímelo a hablar de las habilidades y destrezas que le gustaría tener y de cómo adquirirlas.
Establezca reglas claras y respételas. Hable con su hijo de lo que espera de él (de su comportamiento) cuando no esté bajo la supervisión de adultos. Si usted explica la razón de las reglas, su hijo podrá saber qué hacer en la mayoría de los casos.
- Conozca a las familias de los amigos de su hijo.
Utilice la disciplina para guiarlo y protegerlo, en lugar de usar castigos que lo hagan sentirse mal consigo mismo.
Cuando lo elogie, hágalo pensar en sus logros. Decirle “debes estar orgulloso de ti” en lugar de “estoy orgulloso de ti” puede animarlo a que tome buenas decisiones cuando no tenga a nadie que lo elogie.
Hable con su hijo sobre los cambios físicos y emocionales normales de la pubertad.
Anímelo a leer todos los días. Hable con él sobre sus tareas.
Sea afectuoso y honesto con su hijo, y hagan cosas en familia.