Cómo aplicar la disciplina positiva en tus hijos

La disciplina positiva es un enfoque basado en el respeto mutuo y la comunicación efectiva para guiar el comportamiento de los niños. Se centra en enseñar habilidades sociales y emocionales, fomentar la autonomía y la responsabilidad, y establecer límites claros de una manera amorosa y comprensiva. Algunas estrategias de disciplina positiva incluyen el uso de elogios y refuerzos positivos, la resolución de conflictos a través del diálogo y la colaboración, y el modelado de un comportamiento respetuoso y empático.

Consejos para ejercer disciplina positiva en los niños

  1. Recompense el buen comportamiento: Hágale saber cuándo se está portando bien, elogiando sus aciertos y sus buenos intentos. Puedes usar frases como “fantástico”, “hiciste un buen trabajo colocando ese juguete donde corresponde”, “lograste terminar muy rápido”, etc.
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  1. Determine consecuencias, no castigos: Aunque no es fácil, no siempre debe evitar que pasen cosas malas. Si su hijo está frustrado con un juguete y lo rompe, deje que aprenda que ya no tiene más ese juguete para jugar y las consecuencias que conlleva. Evite los castigos, las humillaciones o las agresiones, para que un niño aprenda de un “mal comportamiento” no es necesario gritarle, enfadarnos con él o vengarnos dándole un escarmiento. Por ejemplo, si tu hijo no se come las verduras y le quitas el móvil, esto no tiene ninguna relación ni enseña nada. Las consecuencias naturales son aquellas que se producen sin interferencia de un adulto y permiten aprender mediante causa-efecto. Por ejemplo, si tu hijo no recoge sus juguetes, es posible que no los encuentre la próxima vez que quiera jugar. O incluso que los pise por accidente y los rompa. Esto, de forma natural, le enseña a ser cuidadoso y organizado.

 

  1. Sea coherente y ponga límites: No cambie las reglas o los castigos al azar. Si más de un adulto está disciplinando al niño, trabajen juntos. Es confuso para su hijo cuando uno de los encargados del cuidado acepta ciertos comportamientos, pero el otro lo castiga por el mismo comportamiento. Su hijo podría aprender a poner a un adulto en contra del otro. Cerciórese de explicar estas reglas en términos apropiados para la edad que ellos puedan entender.

  2. Preste atención a la conducta de sus hijos: Los adultos nos solemos centrar solo en el hecho de si los niños se portan mal o bien, pero no nos paramos a entender lo que comunican sus comportamientos. Una mala conducta puede indicar que el niño busca atención porque siente que le falta, que está frustrado o enfadado por algo o que está pasando por una situación complicada que no hemos advertido. Identificar las causas, comprender y empatizar es fundamental al aplicar una crianza respetuosa y positiva. Tómate un momento para tratar de entender a tu hijo, validar sus emociones y buscar soluciones que lo ayuden con aquello que intenta comunicar. Esto será mucho más sano y efectivo que solo reprocharle su mala conducta. Recuerde, todos los niños quieren que sus padres les presten atención.

Educar en disciplina positiva es muy beneficioso para los niños, ya que crecen emocionalmente sanos, seguros y autónomos. Pero también es muy positivo para los padres, pues les ayuda a conectar con sus hijos, a crear vínculos fuertes y a evitar multitud de conflictos y situaciones desagradables en casa.

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